CANNONDALE SUPERSIX EVO

Test: Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race

EVO-lución constante

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Texto: Enrique Sevilla / Fotos: Javier Martínez


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Un buen ingeniero te dirá que, si algo funciona, es que no ha llegado a su límite. En 2009 Cannondale apostó por un modelo de geometría ‘clásica’ y, desde entonces, pese a mantener un aspecto inalterado estéticamente, son varias la mejores que ha ido adaptando en su evolución.
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race
Es muy ligera: 7,1 kg potenciómetro incluido. Su geometría clásica, sin estridencias, cautiva.
Calidad de la potencia y el manillar. Que los cables vayan por debajo del pedalier y el cassette sea un 105 en lugar de Ultegra.
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Desde siempre, Cannondale ha llevado su propio paso en el diseño y fabricación de sus productos. Las bielas HollowGram, la horquilla Lefty, tecnología SAVE, fibras BallisTec Carbon… la marca de Connecticut siempre ha estado un paso por delante de sus competidores en innovación. Y adelantos tecnológicos como estos son los que la han convertido en una marca de culto y permitido mantener su filosofía de exclusividad y diseño elitista.
La Cannondale SuperSix EVO que probamos es un ejemplo de ello, de mantener una filosofía. Se trata de una bicicleta todo terreno, aunque más enfocada a darlo todo en las subidas. La reciente presentación del modelo ‘aero’ de Cannondale, la SystemSix, completa la oferta de la marca americana en los tiempos actuales que nos marcan la necesidad de tener en casa, dos tipos de bicicletas: la escaladora y la ‘aero’. Pero eso es algo que no todo el mundo se puede permitir y hay que decantarse por una u otra.
La evolución de la SuperSix EVO ha sido constante pese a mantener, prácticamente, el mismo aspecto que cuando nació: geometría “clásica” para una época de slooping, tirantes bajos, puentes de freno en el pedalier, perfilado de tubos… Una geometría que tiende a ser más larga que alta, por lo que siempre habrá que elegir una talla inferior, si no queremos llevar una mini tija. En mi caso, con una 54, daba más que suficiente para mi 1,80 cm de estatura. Eso sí, no hay que olvidar el gran salto con la incorporación de los frenos de discos en 2016.
Patilla del cambio de la Cannondale SuperSix EVO
Detalle del cableado de la Cannondale SuperSix EVO

Así es la Cannondale SuperSix EVO

La última generación de la SuperSix EVO ya no tiene los tubos del triángulo principal tan redondeados como la primera generación de 2009, una evolución a favor de la aerodinámica y la fluidez de formas contra el viento. El tubo de la dirección también es algo más estrecho.
En la parte trasera encontramos unas vainas y tirantes aplanados en su parte central para lograr esa flexibilidad vertical que permite cierta absorción de las vibraciones (tecnología SAVE en el idioma de Cannondale). El cuadro está fabricado con las fibras BallisTec, las fibras de gama alta de Cannondale aunque en este caso no se incluyen las Hi-MOD del acabado superior.
Por cierto, mucho ojo con apretar el cierre de la rueda trasera ‘a muerte’, uno de los secretos de lo liviano del cuadro es su minimalismo en las punteras. La patilla del cambio es, a su vez, el terminal por donde sale el cable del cambio… pero da tranquilidad pensar que Cannondale nos da garantía de por vida en el cuadro ante cualquier problema que pudiera dar.
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race
En los acabados con grupos mecánicos, el cableado sigue siendo exterior. El cable del desviador trasero toma la parte superior del pedalier y entra directo hasta la vaina para darle servicio al cambio, mientras que el del desviador delantero entra por la parte inferior, rodeando el pedalier, lo que lo deja un poco expuesto a la suciedad y al agua. Es recomendable darle un repasito extra de limpieza a los cables después de los días de lluvia.
Aunque no es el aspecto más importante, la decoración de nuestro modelo de pruebas, en color negro, con el sillín y la cinta de manillar también en negro y sólo los logos y algún detalle en gris, te permitirá hacerte socio de los “Bike in Black”. Pero tranquilo, que si buscas poner algo de color en tu bici, podrás conseguir alguna de sus hermanas de sangre en color amarillo o el característico verde y negro Cannondale.

Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race

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Sin límite: Cannondale SuperSix EVO Black INC

El modelo que probamos, el Ultegra Race, viene equipada con un grupo Shimano Ultegra R8000, pero con las bielas HollowGram Si de Cannondale, que le aportan otro elemento más de calidad. Estas bielas son más que un referente en cuanto a las bielas integradas, aunque en este caso recurre a una araña con potenciómetro. El que Cannondale disponga de sus propias bielas, da vía libre a sus ingenieros a la hora de hacer sus diseños de cuadros, al no estar supeditados a medidas y limitaciones de las bielas comunes. También hay que señalar que los platos que vienen de serie son unos Compact 50/34 de FSA.
El uso de un pedalier BB30 refuerza aún más la rigidez de esta zona a la que deben ir a parar todos los vatios. Vatios que, por cierto, quedarán registrados en el potenciómetro Power2Max NG. Un sistema de medición de potencia que no encontrarás por menos de 900 euros, pero que la SuperSix Evo te trae de serie.
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race
Otro de los detalles que destaca y define a la SuperSix es la tija C2 de fibra de carbono de 25,4 mm de diámetro, algo característico de la tecnología SAVE y que permite cierta flexión para aumentar nuestro confort en marcha. La potencia y el manillar también los firma la propia Cannondale y cuenta con un accesorio para anclar el Garmin (o dispositivos de anclaje compatible).
Las ruedas también son de Cannondale, unas HollowGram Si de fibra de carbono para cubierta con un ligero perfil de 35 mm. La rueda delantera cuenta con solo 18 radios y la trasera con 24 en forma de “J”. El peso declarado es de 1.480 g el par. La rigidez lateral que ofrecen es buena y su estética, en negro con los logos HG en gris. El sillín es un Prologo Nago EVO PAS T2.0. El resultado deja la báscula en 7.100 g en talla 54 con el potenciómetro incorporado. Y son fácilmente rebajables sustituyendo la potencia, el manillar y el sillín.

En acción con la Cannondale SuperSix EVO

Toda esta evolución y montaje hay que verlos en marcha. Lo cierto es que, a primera vista, la SuperSix no llama la atención… hasta que te fijas en las bielas y descubres el potenciómetro incorporado. El control de los vatios es vital en el neociclismo y ahora, si no llevas potenciómetro, el ‘friki’ eres tú. De acuerdo, es la revolución en el entrenamiento en la última década, pero todavía quedamos románticos del ciclismo, que seguimos mirando el pulso y guiándonos por las sensaciones. Lo que no quita que algunas veces lo haya utilizado para realizar pruebas de campo con alguna bicicleta.
La posición sobre la bicicleta es cómoda. La arandela en forma de campana de la dirección eleva 25 mm la potencia sin ningún espaciador. El manillar de 43 cm redondo, junto a la potencia de 100 mm, hacen un conjunto sencillo que da agarre sobre las manetas Shimano Ultegra R8000.
Si algo ha hecho famosa a la SuperSix Evo desde su lanzamiento, ha sido su agilidad y el fácil manejo. Cosa que, pese a la evolución, han sabido conservar. Rápidamente eso es lo que nos transmite a ponerse de pie y hacer alguna aceleración. La horquilla ha sido afinada, pero sin perder en absoluto su rigidez. Desde 2009 con algo de curva, pasando por la de 2012 con el rodamiento inferior de 1- 1/5’’ a la actual con rodamiento de 1 -1/4”. El cambio estético es bastante apreciable, pero el rendimiento ha sido a mejor.
En las subidas es donde más provecho se puede sacar a la SuperSix Evo. Especialmente si tenemos en cuenta sus desarrollos con platos Compact 50/34 y el cassette 11-30 que nos da libertad para explorar cualquier repecho duro que nos encontremos por el camino. De pie, sobre los pedales, se nota la ligereza de la SuperSix y los 7,1 kg se manejan fácil, transmitiendo muy buenas sensaciones cuesta arriba.
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race

Descubriendo ‘La Muralla China’

La Sierra Norte de Madrid está plagada de subidas que, sin ser grandes puertos, te pueden pasar factura si no llevas la bici adecuada por la acumulación de kilómetros. Además, hasta mis oídos ha llegado el nombre de una subida de la zona: ‘La Muralla China’.
Ubicada entre los pueblos negros (así llamados por estar en la ‘Sierra Negra’) de Corralejo y Campillo de las Ranas (Guadalajara) y cruzando el rio Jaramillo se encuentra este tramo de carretera que serpentea adornada con losas de pizarra negra que le dan ese aspecto tan especial. Las piedras del arcén le dan, visto a lo lejos, esa imagen parecida a la Muralla China. Si bien no es un puerto, sí puede llegar a hacerse tan duro, o más, que otros puertos de la zona.
La carretera que te acerca a ella es solitaria, estrecha, pero con buen asfalto. Hasta que llegas a Corralejo que es como viajar 50 años atrás en el tiempo; entonces te encuentras una carretera estrecha con asfalto malo y, de repente, hormigón rallado en el suelo. Con rampas del 20% que me obligan a sujetar los frenos para evitar que se me lance mucho la bici. El terreno es bastante irregular y si coges velocidad, te será bastante difícil parar la bici. Aunque bajes con una Mountain Bike y aprietes sus frenos de disco, no se detendrá o tardara muchos metros en hacerlo. Así que es mejor bajar controlando.
Las llantas de carbono no son las ideales en este terreno. El freno no pierde eficacia, pero sí empieza a chirriar. El descenso incluye un par de curvas de 180 grados que hacen que al final de la bajada la llanta desprenda mucho calor. Han sido tres kilómetros largos de tensión agarrado a la parte baja del manillar. Pero el sistema SAVE de sus vainas y su tija de 25,4 mm han aportado la comodidad necesaria para no perder el control de la rueda trasera.
Se cruza el río y entonces toca subir por el otro lado todo lo que has bajado. Aunque sólo tiene un kilómetro, se mantiene una pendiente media del 11% con alguna curva con una rampa que puede llegar al 20%. Pero no sólo en la inclinación radica la dificultad de este tramo, el rallado irregular del hormigón te obligan a concentrarte al máximo buscando la trazada buena. El plato de 34 con una corona superior de 30 da para mucho, pero eso no quita que tengas que buscar el lado más abierto de la curva para reducir en lo posible su desnivel.
La Muralla China va pasando a cámara lenta. La cadencia baja casi a 60 pedaladas por minuto y los vatios se disparan. Casi 7 minutos subiendo con la SuperSix Evo, sacándola las tripas de lado a lado. O ella a mí, que muchas veces no sabes quién exprime a quién. Se acaba la subida y es tocar el cielo con las manos. 8 kilómetros hasta el pueblo de Campillo de Ranas, agua en la fuente y vuelta por el mismo sitio. Esta vez un kilómetro de bajada y luego otros 3 de subida.
En la bajada voy alternando el freno delantero con el trasero. El riesgo de destalonar la cubierta está presente si se sobrecalienta la llanta de carbono. Los neumáticos montados de serie, unos Vittoria Rubino Pro Speed de 700x25mm tienen el ancho justo para amortiguar y poder tener un mejor agarre, aunque son un poco blandos. Durante todo el test, más de un mes, cinco fueron los pinchazos. Los días de lluvia, en los que la arenilla de la carretera parece alfileres, toca rezar para no pinchar.
Llegada al final de la bajada y me esperan otros tres kilómetros de vuelta por el hormigón. Esta vertiente es algo más suave, pero aun así tiene rampas del 18% y el firme me obliga a buscar la trazada por el canalón del agua. Si estáis por la zona centro y podéis ir a ver este espectacular tramo, hacerlo. Sin duda saldréis enamorados del terreno.
Ya en terrenos más tranquilos puedo decir que en el llano se rueda muy cómodo con la Cannondale SuperSix EVO Carbon. Si quieres rodar rápido, no tendrás ningún problema, pero tampoco esperes una ayuda extra con la mejora aerodinámica que ha recibido. Aplanar algún tubo y estrechar la dirección no es sinónimo de conseguir una bici increíblemente más rápida.
En los puertos largos es fácil y rápido encontrar una posición cómoda en la que poder estar un buen rato dando pedales. Sus desarrollos son cómodos y con un cassette de 30 podremos enlazar puertos sin problemas. Además, si estás muy fuerte y lo que quieres es subir dando caña a tus compañeros, el plato de 50 te facilitara el poder subir con más desarrollo, pero sin que se te atasquen las piernas.
Para las bajadas de puertos largos el freno tradicional sigue siendo una opción. Si hasta hace unos poquísimos años, era lo que había y bajábamos a fuego. Pero aun así no conviene que ‘te flipes’ y arriesgues. Si mantienes las llantas de carbono limpias y las zapatas en buen estado, ni el puerto más revirado será un problema. Eso sí, ten mucho cuidado de no sobrecalentar la llanta. Si eres reticente a los frenos de disco, que sepas que Cannondale sigue apostando por ofrecer sus bicis con puente de freno tradicional, aunque también podrás optar a los frenos de disco con la SuperSix Evo Carbon Disc.
Trazar las curvas sobre la SuperSix Evo, es coser y cantar. Una posición de conducción relajada te permitirá bajar más tranquilo que con una posición más agresiva. Como bajar con una moto Cruiser o hacerlo con una MotoGp.
En acción con la Cannondale SuperSix EVO

Mis sensaciones personales de la Cannondale SuperSix

Durante el tiempo que duro la prueba, cerca de un mes, no tuve ningún problema con el grupo Shimano Ultegra R8000. Como es habitual con este grupo, los cambios son precisos y no tuve ningún desajuste. El sillín Prologo, aun sin ser de mis favoritos, he de decir que no me dio ningún problema su forma con canal central. Puedo dar fe de que va bien después de unas cuantas jornadas de hasta cinco horas ‘non-stop’.
En este tiempo el neumático Vittoria Rubino Pro Speed de 25 mm no termina de hacer justicia al resto de la bici, le iría mejor algo más orientado a la lluvia.
Cuando te pares al café, no esperes que tus amigos se echen las manos a la cabeza o te hagan la ola. Solo mirándola con detenimiento podrán empezar a percibir toda su “Evolución”. La salida del cable de freno trasero, su geometría y tubo horizontal, su estrecha tija y las vainas aplanadas, el potenciómetro.
Tal vez no sea la bicicleta más espectacular a primera vista, pero sí va a ser bicicleta que vas a poder tener tiempo sin que pase de moda. Otras marcas van dando bandazos en los diseños pese a ser el mismo modelo. Modelos que, al final, solo tienen la unión de llamarse igual, pero son totalmente distintas de una temporada a otra. Cannondale sigue esa “Evolución” y su modelo SuperSix va adquiriendo mejoras pero manteniendo su base.
En acción con la Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race

Conclusión

La tecnología en el cuadro SuperSix está cada vez más evolucionada, mejorando el sistema Speed SAVE de sus vainas traseras y ofreciendo, junto a la tija de 25,4 mm, comodidad y confort de marcha óptimos, lo que nos lleva a disfrutar aun en terrenos rugosos.
La Cannondale SuperSix EVO es para el que busca una bicicleta atemporal y para todos los terrenos, aunque con cierta tendencia a las subidas. Esto lo consigue gracias a su ligereza y rigidez y a un comportamiento muy noble bajando.

Cosas de familia Cannondale SuperSix EVO

La familia Cannondale SuperSix la forman tres acabados: SuperSix Evo Hi-MOD (2 modelos), SuperSix EVO Carbon (6 modelos) y SuperSix (1 modelo). Entre ellos encontramos la SuperSix EVO Carbon Women’s con transmisión Shimano 105 por 1.999 €. La gama EVO Carbon es la más numerosa, incluyendo también una versión con frenos de disco con un montaje muy similar al que hemos probado por 2.999 €.
Cannondale SuperSix EVO Carbon Disc RED eTAP – 5.499 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Dura-Ace – 4.499 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Dura-Ace
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra Race – 3.699 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Disc Ultegra – 2.999 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Disc Ultegra
Cannondale SuperSix EVO Carbon Ultegra – 2.599 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Women’s – 1.999 €
Cannondale SuperSix EVO Carbon Womens
DETALLES DE LA BICI
Cuadro y horquilla de la Cannondale SuperSix EVO
Tija Cannondale C2 UD Carbon y sillín Prologo Nago EVO PAS 2.0
Grupo Shimano Ultegra
Ruedas Cannondale HollowGram con neumáticos Vittoria Rubino

MERIDA MISSION CX

Test: Merida Mission CX 5000

“Tenemos una MiSSión para ti”

Texto: Enrique Sevilla / Fotos: Javier Martínez


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Tu misión será las carreras de Ciclocross. Serás ligera, ágil y resistente para poder salir con éxito de ellas. Te espera, barro, escaleras, campas, bancos de arena y rampas imposibles. Para ello cuentas con un grupo monoplato, frenos hidráulicos y unas cubiertas Tubeless listas para empezar. Tu Missión CX empieza… ¡ahora!
Merida Mission CX 5000
Race-Ready: lista para empezar de lleno en el ciclocross. Ágil y ligera para un cuadro que se va a llevar muchas batallas.
Potencia y manillar algo sencillos y pesados, aunque fiables. Un solo modelo en carbono para elegir. Oferta muy limitada.
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Primeras Pedaladas: Merida Mission CX

El Ciclocross ha recuperado en España el protagonismo que tenía hace años. Después de unos años en los que quedó apartado en la época invernal por el Mountain Bike, hoy vuelve y lo hace con fuerza. Si bien antes era difícil encontrar bicis competitivas de CX, hoy las grandes marcas ya incluyen en su catálogo varios modelos que cubren este segmento ‘tan sucio’ y embarrado como es el Ciclocross.
Merida Mission CX 5000
Merida Mission CX 5000
Para los no iniciados, a primera vista, una bici de CX nos puede parecer una bici de carretera con ruedas más gordas y de taco, pero su avance y las diferencias son más que notables; algo que también sucede en la Merida Mission CX que me toca probar. Por cierto, que en España la Merida Missión CX sólo se ofrece en tres acabados: dos de aluminio y uno de carbono, el pata negra que me toca probar. La oferta de color también es única, base negro antracita con los logos de Merida en rojo.

Conociendo la Merida Mission CX 5000

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Nueva Merida Mission CX 2019, renovación total para el barro

El cuadro de la Mission CX 5000 está fabricado en carbono CF3 de Merida y para su diseño han partido completamente de cero. Se ha buscado una nueva geometría más agresiva, gracias a un ángulo del sillín más vertical (74º) y alargando el tubo superior en 7 mm, con un ligero ‘slooping’ que deja la distancia entre ejes es de 1.015 mm en talla M. Un cuadro fuerte y resistente de tan solo 885 g que ya lo quisieran muchos cuadros de carretera. La subimos a la báscula y 8.100 g es el resultado de sumar un buen cuadro de fibra de carbono, un grupo monoplato y ruedas tubelizadas.
La parte frontal gana mucha rigidez gracias a la dirección cónica con un tubo de 1 1/5 – 1 ¼ y la horquilla de fibra de carbono con un eje pasante de 12 mm (al igual que en la rueda trasera). Ambas ruedas cuentan con ejes pasantes con un sistema de palanca extraíble que queda integrada y protegida de golpes y enganchones dentro del buje mientras no se utiliza.
Detalle del cierre de la Merida Mission CX
Merida Mission CX 5000
El cuadro cuenta con anclaje Flat Mount para las pinzas de los discos (de 160 mm en cada rueda), mientras que el pedalier, de rodamientos PF86, transmite imagen de fortaleza. No encontramos ninguna tapa o abertura en él, por lo que el interior queda a salvo de la entrada de barro y suciedad, algo muy importante es las bicis de CX (eso sí, si optamos por equipar nuestra Mission con un grupo electrónico, el montaje y la conexión de sus cables se deberá de hacer antes del montaje del pedalier y bielas).
Anclaje Flat Mount para los frenos
Aunque la Mission CX es la bici de Merida orientada al Ciclocross, como su propio nombre indica, en realidad esta bici puede ir un poco más allá, y tanto en el cuadro de carbono, como en el de aluminio, se pueden montar guardabarros atornillados. Gracias a ello podrás hacer un uso más cicloturista de la bicicleta. Pero sabiendo que la posición de la Mission es muy de competición y que para usos más relajados Merida dispone del modelo Silex, con ángulos más relajados y una postura más cómoda.
En Ciclocross los pasos de rueda del cuadro y la horquilla son muy importantes para expulsar el barro, en este caso la Mission CX admite neumáticos de hasta 35 mm. Y al tener las vainas ‘retrasadas’ (423 mm) deja también vía libre a nuestros talones mientras pedaleamos por el barro. El soporte de aluminio para el guardabarros que encontramos en los tirantes es desmontable en caso de que queramos montar los neumáticos más anchos.
Soporte de guardabarros
La llegada de los grupos monoplato ha solventado otro de los problemas frecuentes en el CX, los atascos de la cadena y saltos al cambiar los platos debido a las condiciones tan adversas por las que llega a pasar la bicicleta. Esta solución no es tanto por la biela en sí, sino por la llegada de cambios que admiten coronas más grandes. Con un plato de 40 dientes y un cassette 11-42 de 11 velocidades, tenemos un amplio rango de desarrollos que simplifica mucho la función de cambiar de velocidad dejándolo en un simple subir y bajar coronas. El grupo de transmisión y frenos es un SRAM Apex 1 Disc (HRD).
Para evitar las vibraciones y ruidos de los cables, éstos llevan un guiado interno llamado “Smart Entry” que los fija por una tensión muy ligera. Ello permite que rodamos en terrenos rugosos y duros totalmente en silencio y sin que parezca que se nos va a desmontar la bici. Los topes de las entradas de cables se pueden reemplazar dependiendo del grupo que queramos montar, ya sea mecánico o electrónico.
Merida Mission CX 5000
Para tener un poco de comodidad, la tija es de fibra de carbono de 27,5 mm de diámetro y un ligero retroceso que compensa el ‘slooping’ del cuadro y que sirve para darle un poco más de capacidad de flexión a la tija. Junto al diseño del tubo vertical forman parte de la tecnología S-Flex que ayuda a hacer más cómoda esta Mission CX.
La bici viene con unas ruedas Merida Expert CC bastante sencillas pero cumplidoras. Es de agradecer que el conjunto venga con unas cubiertas Maxxis All Terrane listas para tubelizar. Sólo tenemos que convencer al tendero para que nos regale las válvulas y el líquido tubeless para salir de la tienda a la campa a rodar, 100% Ciclocross. El montaje se completa con una potencia y un manillar también firmados por Merida (gama Expert en aluminio) de 100 mm de longitud y 420 mm de ancho respectivamente.

Exprimiendo circuitos con la Merida Mission CX 5000

Ahora que ya conocemos la Mission CX ya podemos empezar el test. Sólo nos queda encontrar un recorrido para rodar digno de una prueba de la Copa del Mundo de CXbarro, césped, repechos, tablones para saltar y escaleras donde echarse la bici al hombro y subir corriendo.
Esta bici no es para ir de excursión haciendo Gravel, es una bici de Ciclocross. Para probarla, tengo cerca de casa un circuito hecho por los que hacen la temporada de Ciclocross. Tiene escaleras, largos senderos para rodar rápido, bancos de arena, curvas cerradas y virajes en los que hay que tomarse una Biodramia para el mareo; eso es el Ciclocross. Bueno y eso, el sabor a sangre entre los 40 y 60 minutos que dura una carrera dependiendo de tu categoría.
Merida Mission CX 5000
Igual te dicen “pero si en 40 minutos, ni he calentado”. En Ciclocross, cuando lleves sólo 20 minutos, estarás deseando que acabe la tortura. Los circuitos suelen tener una cuerda de entre 2,5 y 3,5 km, repletos de zonas no ciclables (los mencionados bancos de arena, tablones, escaleras…), por lo que deberás tener un estado de forma óptimo para subir y bajar de la bici y aguantar los cambios de ritmo explosivos.
La salida se hace a fuego desde el primer metro para llegar lo antes posible a la primera curva y a partir de ahí ganar posiciones, mantenerlas o no perder mucho si no vas muy fino. Metido en faena rodaras la mayor parte del tiempo en tus umbrales máximos anaeróbicos. En algunos tramos tocará coger la bici al hombro y correr o subir por alguna rampa. Y a todo este coctel le debes sumar la climatología invernal de frio, lluvia o hielo.
Pero eso sí, la diversión la tienes asegurada. Estas haciendo todo lo que de niño querías hacer con la bici. Meterte en charcos, dar saltos, ir lo más deprisa posible por sitios estrechos… DI-VER-SI-ÓN.
Merida Mission CX 5000
Merida Mission CX 5000
Arrancar desde parado, con el pie a tierra y luego ponerte en una larga recta a todo lo que das sobre la Mission es bestial. Vas bajando coronas según vas cogiendo velocidad hasta la primera curva. El rango de desarrollos 11-42 con el 40 de plato, te permite coger una buena velocidad punta sin tener que arrancar con toda la cadena cruzada o tener que meter plato una vez que has gastado todas las coronas efectivas del plato pequeño. Además de que para un terreno muy embarrado la suciedad que se acumula en el desviador te la quitas. La limpieza en la transmisión se traduce en efectividad en los cambios.
Cuando ya las piernas te arden y estas apunto de colocar la última corona que te queda, toca clavar el freno a fondo y abrir los codos para evitar empujones del resto de corredores. Metes hasta el fondo la leva de la maneta del cambio, y el SRAM Apex 1 reacciona rápidamente subiendo de golpe hasta tres coronas. De nuevo de pie sobre los pedales y la mayor parte del tiempo agarrado sobre las manetas. La forma de las manetas favorece que el agarre sea bastante seguro. El depósito del líquido hidráulico del freno sobredimensiona la parte superior de la maneta, dando más facilidad de mantener las manos en su punto de agarre.
Merida Mission CX 5000
Llegas a una zona técnica donde toca bajarse, saltar de la bici en marcha, meter el brazo entre los tubos del triángulo principal y engancharse al manillar para cargar con ella. Tanto la maniobra como el agarre debes de haberlos practicado bastante antes de echarte a los leones en una prueba de Ciclocross. El ‘slooping’ del cuadro es muy ligero y deja espacio para hacer todo con facilidad. Tardes de práctica y técnica te darán la facilidad y la confianza para hacerlo casi sin pensar.
Rodar rápido y afrontar las subidas va asociado a esta posición tan ‘racing’ de la Mission. Pese a notar el neumático se deforma para adaptarse a las irregularidades del terreno, se puede sentir la rigidez del cuadro. Toda la fuerza es transmitida al eje trasero sin ninguna pérdida de energía.
Merida Mission CX 5000
La presión de los neumáticos de crucial. Y que la Merida Mission CX venga ya de serie lista para tubelizar, nos ahorrara un dinerillo para empezar a rodar por las praderas. El nivel Pro sería correr con tubulares, pero el engorro del pegado y montaje de estos ha de hacerlo unas manos especializadas. La clave está en encontrar esa presión baja que mantenga el equilibrio entre aguantar nuestro peso sin dar llantazos y el agarre óptimo aprovechando la máxima superficie de contacto.
Como cada circuito y condición climatológica es muy distinta de un circuito a otro, poder visitar el circuito el día de antes para dar vuelta y hacer pruebas hasta encontrar la puesta a punto de la bici es fundamental en una carrera de Ciclocross.
El test de la Mission CX ha sido uno de los más intensos que he podido hacer para Maillot. Ha sido mucho más que dar pedales. Ha sido saltar de la bici en marcha, correr con ella al hombro, subir escaleras y ‘ratonear’ dando virajes en muy poco espacio de terreno.
Mission cumplida. La nueva bicicleta de Ciclocross de Merida está a la altura de las grandes pruebas de la Copa del Mundo y por eso está homologada por la UCI.
Merida Mission CX 5000

Conclusión

La Merida Mission CX está dirigida al que busca una bici de competición CX en la que exprimirse y disfrutar de una disciplina de barro y sudor. Que quiere ligereza y rendimiento máximo en un cuadro de fibra de carbono. Una bici diseñada y con un montaje para salir de la tienda y competir, silenciosa en su paso por los sitios más ‘botosos’ gracias a su sistema Smart Entry.
Gracias a la opción de montar guardabarros podrás utilizarla en alguna excursión más relajada, pero ojo, no es una bici de Gravel. Podrás rodar con ella por pistas, pero su geometría es agresiva y con una posición ‘al ataque’, no está pensada para pasar muchas horas sobre ella.

Cosas de familia Merida Mission CX

La familia completa de la Merida Mission CX la forman hasta 8 modelos, aunque en España sólo se comercializan tres. Una vesión más sencilla y económica (menos de 1.000 €), con un cuadro de aluminio, transmisión SRAM Apex 1 y frenos convencionales para iniciarse en el Ciclocross; una versión intermedia (1.799 €) con la misma transmisión frenos de disco y cuadro de aluminio; y la versión tope de gama que hemos probado.
Merida Mission CX 5000
Merida Mission CX 5000 – 2.799 €
Merida Mission CX 600
Merida Mission CX 600 – 1.799 €
Merida Mission CX 100
Merida Mission CX 100 – 999 €
DETALLES DE LA BICI
Cuadro y horquilla de la Merida Mission CX 5000
SRAM Apex HRD en la Merida Mission CX 5000
Ruedas Merida CC con Maxxis All Terrane
Componentes de la Merida Mission CX