MERIDA SCULTURA ENDURANCE 7000E

 

Test: Merida Scultura Endurance 7000E

Mucho más que una bici cómoda

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Texto: Enrique Sevilla / Fotos: Javier Martínez



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Merida Bikes marca el camino del Gran fondo. Más allá de modificar geometrías, amplía las posibilidades incluyendo un neumático más ancho, una frenada más efectiva y una geometría más cómoda con la nueva Scultura Endurance.

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Merida Scultura Endurance 7000E
Cómoda, pero rígida. Frenada muy efectiva. Es una Gran Fondo con un punto y aspecto muy racing. Con el cableado interno desde la dirección.
Las ruedas desmerecen un poco, por peso, el conjunto. Eso sí, son una opción para quedarte como segundo juego los días de más trote. No me ha gustado el tacto (demasiado fino) del manillar de la serie Expert.

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Merida no quiere quedarse atrás en el sector del Gran fondo. Y sobre la base de su modelo Scultura, desarrolla la Scultura Endurance. Mucho más “todoterreno” y cómoda, pero manteniendo ese toque escalador de la Scultura.

En este extraño año, en el que echamos en falta las competiciones y las pruebas deportivas, hace que pasemos más horas sobre el sillín de una forma más recreativa. Rodando y buscando nuevos recorridos que hacer, nuevos retos. De querer ir rápido, ahora muchos pensamos en ir lejos. Aprovechar para ir a aquellos sitios que, por el estado del terreno, cuando pasamos no queda otra que mirar cómo se pierde a lo lejos y al llegar a casa mirar en GoogleMaps.

Ojo, puedes estar tranquilo, con la nueva Scultura Endurance no te van a relacionar con ese alternativo mundo del gravel. Para ello Merida cuenta con el modelo Silex (que ya hemos probado en Maillotmag #16) en su catálogo. La Merida Scultura Endurance es una actualización del concepto gran fondo con un punto racing muy atractivo. Y por suerte hemos podido probarla. Merida nos ofrece la Scultura Endurance 7000E. Bicicleta recién sacada de la caja y a estrenar.


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Merida Scultura Endurance 7000E

El cuadro y la horquilla son carbono CF3, viene equipada con un grupo Shimano Ultegra Di2 de 2x11 con frenos de disco. El montaje y los desarrollos son una elección muy apropiada para su uso: platos ‘compact’ 50/34 con unas bielas de 172,5 mm y un 11-34 de casette. Ruedas DTSwiss 1850 de disco para eje pasante, con cubiertas Continental GP4000 4season de 32 mm. Potencia y manillar de aluminio, junto a la tija de sillín de carbono en 27,5 mm de la casa, Merida Expert.

Estéticamente, la Merida Scultura Endurance 7000E se nos presenta en un muy discreto color gris oscuro con los logos en negro, aunque también está la opción de azul mate. Sus formas son de bici “bien dotada”; tanto en la parte de pedalier y vainas, la zona del tubo de dirección y la zona del cierre del sillín. Su aspecto es robusto.

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La patilla del cambio queda a cargo que una pieza mecanizada que a la vez hace de rosca para el eje pasante trasero. Los tirantes traseros quedan unidos por una pieza metálica desmontable, para el posible montaje de portaequipajes o guardabarros. La horquilla también permite el montaje de ambas cosas, haciendo una bicicleta apta para el Bikepacking.

En talla M, y sin pedales, ha pesado 8.515 g, de los que al cuadro corresponden 1.124 g y 411 g a la horquilla. Pero espera, no te eches las manos a la cabeza por los 8 kilos y medio, ni dejes de leer el test. Como dijo Jack el destripador, vayamos por partes: las ruedas no son todo lo ligeras que la bici se merece; el peso de las cubiertas son casi 320 g cada una más los aproximadamente 100 g de cada cámara. Nos ponemos ya en 420 g cámara y cubierta, que por las dos ruedas son 840 g sólo en gomas; y las ruedas son 1.651 g… más las gomas. Casi 2,5 kg vienen de ahí (2.491 g).

Merida Scultura Endurance 7000E

Si a esto le sumamos potencia y manillar de dudosa ligereza, tenemos de dónde salen esos gramos de más en la báscula. De hecho, aprovechando que tengo unas ruedas de test algo más ligeras, con neumático de 25 mm, ya dejo el peso del conjunto en 7.658 g… ¡con los pedales!

Así que menos mal que el sobrepeso de esta Merida de ruedas y periféricos son subsanables. Incluso, con otro juego de ruedas más ligeras, podemos dejar las de serie como opción para esos días que queremos aventura, sin preocuparnos por el estado del firme por donde nos vamos a meter.

Diferencias entre la Scultura y la Scultura Endurance

Con respecto al modelo que tomamos como base, el Scultura. Cambia su cierre de sillín, metiendo una cuña dentro del cuadro. Monta unos tirantes traseros planos y más rectos. Cuenta con un diseño denominado Wire Port para la dirección, que esconde los cables entrando por la parte delantera. Precisamente la altura de la pipa de la dirección gana dos centímetros más que en la Scultura, aportando más comodidad de marcha. La frenada también ha sido mejorada gracias a un sistema disipador del calor de las pinzas de freno. Todo preparado para hacer kilómetros y desnivel tanto de subida, como de bajada.


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Merida Scultura Endurance 7000E
Merida Scultura Endurance 7000E

La tija del sillín es de un ancho estándar hace unos años: 27,5 mm, que además de ligereza permite un poco más de confort. Se sujeta por una cuña interna que queda alojada en el cuadro y tiene la rosca en la parte superior. La acompaña un sillín Merida Expert que, si bien no es muy espectacular, resulta cómodo. La sorpresa nos la llevamos al mirar en su parte inferior, donde va alojado un portaherramientas protegido de polvo y agua por una carcasa.

Al lío

Las primeras pedaladas son de comodidad absoluta. Una posición más elevada nos descarga la zona cervical y hace que rodemos más relajados. La rigidez del cuadro es más que buena. Sus vainas robustas y sus tirantes planos soportan toda la “fuerza” que quieras meter.

El tacto del manillar Merida Expert de 420 mm de ancho, sin embargo, me resulta algo extraño; se me hace algo escaso de grosor. Acostumbrado a tener manillares de un diámetro mayor, se me hace muy fino para mis grandes manos. La potencia, también una Merida Expert, de 100 mm me deja en una posición recogida, pero sin llegar a dar con mi rodilla en el manillar al ponerme de pie.

Los puertos largos, habituales en la zona en la que yo vivo y hago mis pruebas, se pueden hacer sin problema, por mucha rampa que quiera tener, tenemos desarrollo de sobra con la corona de 34 dientes.

Aunque es difícil que con el 50-11 tengamos muchos problemas para rodar en llano, es cierto que se pueda echar en falta algo menos de salto entre las coronas intermedias, ya que para llegar a la corona superior de 34 dientes encontramos algunos saltos muy grandes. No obstante, de nuevo nos encontramos con “problemas” fácilmente subsanables, pudiendo adoptar los desarrollos más a nuestro uso. Pero si la idea de la bici es la de Gran Fondo, para pasar muchas horas de bici con comodidad, será cuestión de sacrificar esa velocidad más alta por una distancia más larga.

Cuando nos ponemos de pie es bastante fácil llevar un balanceo ágil. Y gracias a los desarrollos de los que te hablaba podremos afrontar rampas de más del 20% sin problemas… si tienes piernas, claro. De momento no hay versión E-Endurance. “No pain, no gain”.

Bajar rápido tampoco supone un problema ya que, aunque sus neumáticos tienen 32 mm de balón, deslizan medianamente bien. Y además te darán una seguridad en la trazada que con unos más estrechos difícilmente vas a tener. Las “tumbadas” son distintas… y si es con terreno irregular, mucho mejor.

Merida Scultura Endurance 7000E
Merida Scultura Endurance 7000E

Además, con ambos discos de 160 mm la frenada es muy potente, podemos apurarla o anticiparla manteniendo las pastillas en continuo contacto con el disco. Aunque suba la temperatura del disco, no se aprecia ningún cambio en el tacto de la frenada, ni en su eficacia. Los disipadores, tanto de las propias pastillas, más lo que van alojados entre la pinza y el carbono, realizan su función correctamente.

Pero volvamos a las subidas. Y es que con estos desarrollos que monta la Merida Scultura Endurance 7000E me “flipé” un poco. Lo más bestia de mi zona es una subida a una presa en lo alto de la montaña que recoge el agua que baja de La Maliciosa (una mole granítica a 2.265 m de altitud). En su día había una carretera de servicio del Canal, pero los años, las heladas, el paso de vehículos pesados… la han destrozado y dejado en grava suelta, que con la de montaña se puede hacer, casi, sin problema, pero en la de carretera es otra cosa.

La pendiente media viene a ser de un 18% en el escaso kilómetro y medio que tiene. Su zona de mayor dureza es del 28% en alguna revuelta. Y si bien las revueltas suelen ser para bajar el desnivel en ese punto, aquí el ingeniero, lo hizo al revés y metió el mayor desnivel en las curvas. También pudiera ser que le dieran el plano al revés al que luego ejecutó la obra…

En fin, que me desvío del tema. Que yo me había “flipado” y me dije: “Por ahí subo con la Endurance. Con estos desarrollos me subo por las paredes”. Pues lo siento, fracaso absoluto. Si le sumas un 25% de desnivel, cubierta lisa, con presión para rodar por asfalto, pues da el resultado de “Date media vuelta flipado, que por aquí no subes”. Pero os aseguro, sin dudarlo, que no fue por desarrollo. El grip que dan las cubiertas de 29” y sus (mínimo) 2.20” de ancho no es ni de lejos el que se consigue con las cubiertas de 32 mm que viene de serie.

Como se pude montar una cubierta de hasta 35 mm, si le bajamos un poco la presión y las cogemos con un taco finito, a lo mejor se podría. Pero vuelvo a algo que te dije al principio, y es que la Merida Scultura Endurance no es una gravel. No tendremos problemas para rodar por pistas de tierra fina o carreteras en mal estado, pudiendo explorar más allá de nuestro entorno cercano, pero no es una gravel, es una bici polivalente. Podremos ir a los mismos sitios, pero por distinto lugar.

Puertos míticos en Asturias

Pero la Merida Scultura Endurance, merecía una prueba extra. Algo que nos llevara a los dos al límite, y lo buscamos en Asturias. Veo que dan sol y buena temperatura para los siguientes cuatro días. Le planteó a un amigo hacer en dos días algunos de los puertos míticos de Asturias. Y allí que nos fuimos en un viaje relámpago.

En una primera etapa nos proponemos subir a Lagos de Covadonga y descubrir Casielles: Una nueva subida a la que llaman el Alpe D´Huez Asturiano, por sus 23 curvas en herradura y un desnivel medio al 12,1% en 3´8km

Merida Scultura Endurance 7000E
Merida Scultura Endurance 7000E

A la subida a Casielles se accede por un cañón estrecho, con una rampa de bienvenida que te empieza a indicar dónde te vas meter. Rodeado por montañas rocosas, se encuentra en lo alto de una de ellas el pueblo. Apenas una decena de casas, la parroquia y una iglesia. Carretera estrecha con sus primeros 300 metros en mal estado con algo de gravilla y un rampón inicial del 21%. Por suerte algo suaviza, pero 34x34, casi desde abajo hasta arriba. El neumático de 32mm, aunque pensemos que sea una barbaridad, lo cierto es que en estas situaciones es toda una garantía de tracción y confort. Coronado el nuevo puerto de Casielles, toca recuperar el aliento y deshacer el camino, porque no hay salida, a no ser que vayas con la bici de montaña.

Bajarlo es fácil, si vas con la bici adecuada. Y te aseguro que la Merida Scultura Endurance lo es. La frenada mejorada con los disipadores extra que monta Merida, mejora mucho el rendimiento de los frenos. Imagínate 23 curvas de herradura bajando por rampas de 18 y hasta el 21% . Soltar el freno y notar la aceleración como si fueras en moto. En todo momento tengo control total en la bajada tanto por la frenada como a la hora de trazar las curvas. Pese a lo irregular del suelo, puedes pensar y ejecutar esa trazada que te has propuesto sin problemas.

Si algo tiene Asturias, es que a poco te alejes de las carreteras principales, puedes descubrir “puertos” que no lo son, pero que por distancia y desnivel superan a muchos de los conocidos.

Lagos de Covadonga por ser otro de los míticos de la zona, también había que subirlo. Un puerto que ya conocía y en el que hay que regular lo más posible para subirlo dignamente. Con el 34 de plato desde abajo intentando guardar las dos últimas coronas para la recta de la Huesera y el Mirador de la Reina. Resaltar que la posición de escalada es muy cómoda, aunque me reafirmo que el tacto del manillar me resulta fino para lo grande de mis manos.

Coronar, foto de recuerdo y bajada. Una bajada súper controlada tanto por la frenada, como por la buena posición que aporta el tener una geometría más alta en su parte delantera. Después de rodar un poco de llano por la zona hasta completar casi 5 horas de bici llega el cansancio, pero ningún dolor postural, ni sobrecarga en la zona lumbar. Algo muy habitual cuando subes puertos de desnivel sentado, tirando de fuerza. Al día siguiente el plato fuerte. Después de subir el Puerto del Cordal por sus dos vertientes y Gamoneteiro, llega el Angliru.

Merida Scultura Endurance 7000E

Si un puerto se ha hecho famoso por su dureza, ese es sin duda el Angliru. Con una pendiente media que no baja del 10% y sus últimos 7 kilómetros que se endurecen con rampas de hasta el 23% en Cueña les Cabres. Todo un reto para ciclista y máquina. Te puedo decir que no es recomendable hacerlo con una bici cualquiera. Ya no solo por llevar unos desarrollos adecuados a la subida, que en mi caso los llevaba, aunque bien es cierto que todo lo que lleves se te quedara corto. Si no que deberás tener unos frenos acordes a la bestialidad de la bajada. Que si, que también se baja con frenos de zapata, pero no lo vas a hacer de la misma forma que con discos. Con zapata vas a bajar con una estampita de la Virgen de Covadonga en el bolsillo, rezando para que las zapatas no se sobrecalienten y se cristalicen.

Tras más de una hora de continuo ascenso, intentando dejar la corona de 34 para “lo duro”, te das cuenta de que “lo duro” comienza a 7 kilómetros de coronar. Ya no te queda otra que coger buena postura sobre la bicicleta y retorcerte hasta casi la extenuación. Pronto consigues ese “agradable” sabor a sangre en la boca, que a los que amamos este deporte nos gusta sentir de vez en cuando. Aquí no hay postureo. O aprietas o no subes. Chava, Contador, Heras, Simoni, … Grandes escaladores que han forjado aquí su leyenda vas viéndolos en grandes carteles junto a la carretera. Además, a la velocidad a la que vas subiendo te va dando tiempo de leerlos varias veces. 6, 7, 8 kilómetros por hora es la velocidad que desarrollas.

Coronar aquí es tocar el cielo con las manos. Y si encima puedes disfrutar del mar de nubes a tus pies, la experiencia, aunque sufrida, vale mucho la pena. Fotos y a bajar. De nuevo como el día anterior. Realizar la bajada con confianza plena en tus frenos, no tiene precio, bueno si, los cerca de 4.000€ que vale esta Merida Scultura Endurance 7000E.

Puedes dejar coger un poco de velocidad sabiendo que en todo momento los frenos van a responder. Aunque con la precaución de que un desnivel del 20% de bajada, la bici va a costar mucho más detenerla. No te flipes, por tu seguridad. En 2017, con la celebración de la etapa de la Vuelta España, una ciclista se dejó la vida bajando, al final de la recta de la Cueña les Cabres chocando contra una caseta. Otra jornada más de ciclismo asturiano con más de cinco horas sobre la Merida: dolor horrivle de patas y el cuerpo fatigado pero no dolorido.

Resumiendo, una experiencia increíble juntar buen tiempo, puertos míticos y la Merida Scultura Endurance.

La prueba del “Coffebike”

Como no hay cosa que más te ponga “pechopalomo”, que salir de tomarte el café con el resto de la grupeta, y que estén mirando tu bicicleta hice lo que le hago a casi todas las bicis que pruebo, el test del coffe-bike. Y es ver la reacción del resto de ciclistas ante mi nueva compañera. Si bien la Merida Scultura Endurance no llama especialmente la atención a nivel general, ya que sus formas y estética son más sobrias, sí que lo hace por lo generoso del neumático y la limpieza de cables del cuadro. El color azul puede parecer más atractivo, pero con el gris, podrás llevar ropa y complementos del color que quieras que no desentona.

Conclusión

Merida ha sabido dar en un clavo muy interesante con la Scultura Endurance. Es una gran bicicleta que se adapta, posiblemente la que mejor lo hace, a los nuevos tiempos de querer hacer todo y todo bien. Es cómoda, tiene el cableado interno, una aerodinámica cuidada, con ella se puede subir con facilidad, se baja muy seguro… y se pueden pasar horas y horas dando pedales. Incluso ¿por qué no? Se puede hacer algún viajecito de Bikepacking.

Con ella nadie te relacionará con el “hermano bastardo” de la carretera, el gravel. Es una bici de carretera “de verdad”, aunque con ella también podrás explorar este mundo por pistas sencillas y carreteras en mal estado o incluso hacer pinitos de bikepacking.

Merida Scultura Endurance 7000E

Cosas de familia Merida Scultura Endurance

La Merida Scultura Endurance está disponible en 6 tallas, desde la XXS a la XL, y en concreto la 7000E en dos colores: gris y azul. Precisamente la 7000E es el tope de gama de los 4 acabados disponibles de este modelo, cuyos PVP comienzan en 2.299 € de la Endurance 4000 con Shimano 105. Por 2.549 € encontramos la Endurance 5000 con un grupo mezcla de Ultegra y RS510 y ruedas Merida Expert. Por 2.899 € está la Endurance 6000 con Shimano Ultegra mecánico al completo y ruedas Fulcrum.

DETALLES DE LA BICI

Merida Scultura Endurance 7000E

Merida Scultura Endurance 7000E

Merida Scultura Endurance 7000E

Merida Scultura Endurance 7000E

Info


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Precio

4.199 €

Peso

8,51 kg (talla M)

CANNONDALE TOPSTONE CARBON LEFTY1

 

Test: Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Mejor y más lejos.

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Texto: Luis Miguel Del Cerro / Fotos: Javier Martínez



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Cannondale siempre nos lo pone difícil. Cada bici es un reto. Su obsesión por la innovación y su capacidad para forzar los límites de las categorías en el ciclismo hace que siempre tengamos que estar alerta. Esta Cannondale Topstone Carbon Lefty 1 es un ejemplo perfecto.
Cannondale Topstone Carbon Lefty 1
La combinación Lefty Oliver y Kingplin es clave en una bici como esta La Lefty Oliver Gen 2 tiene un funcionamiento absolutamente perfecto
El conjunto potencia-manillar HollowGram SAVE SystemBar es espectacular pero hubiéramos preferido un conjunto más convencional para tener más opciones de ajuste.

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Si eres de los que les gusta el orden y las categorías ya estarás tenso viendo su horquilla de suspensión delantera. Si eres de los que conoces bien la gama de Cannondale no podrás evitar pensar que estás ante la evolución de la Slate aunque su cuadro y su triángulo trasero te recuerdan a la Cannondale Topstone “sin Lefty”.

Bien, pues antes de empezar a hablar de lo que hemos sentido al pedalear sobre ella vamos a intentar rebajar el nivel de estrés respondiendo preguntas y aclarando conceptos.

La tercera Topstone

Sí, la Cannondale Topstone Carbon Lefty es el tercer peldaño de la escalera Topstone. Ahora mismo, Topstone engloba todas las opciones de gravel de Cannondale. Tenemos la Topstone “normal” con una concepción clásica, cuadro de aluminio y precios muy interesantes (ya probamos aquí mismo uno de sus modelos), la Cannondale Topstone Carbon que incluía como gran novedad el sistema Kingpin de “suspensión” trasera y la Topstone Carbon Lefty que es una evolución con el cuadro de la anterior y que se caracteriza por montar la segunda generación de la horquilla Lefty Oliver.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

La Lefty Oliver es, sin duda, la gran protagonista de esta bici. Podríamos dedicar todo el test a hablar de ella y del concepto Lefty pero vamos a intentar “centrar el tiro”. Si no conoces el concepto Lefty, te diremos que lleva más de 20 años en el mercado, tiene una legión de seguidores y es, sin duda, uno de los sistema de suspensión delantera más refinados gracias a su sistema de rodamientos de aguja, su altísimo nivel de rigidez y una capacidad inimitable para leer las primeras y más sensibles impercepciones del terreno. Con el lanzamiento de la Lefty Ocho en 2018 se mejoró al máximo el concepto y, precísamente, la Lefty Oliver hereda su chasis y parte de su tecnología para desarrollar esta nueva generación de horquilla para gravel.

El segundo protagonista es el sistema Kingpin de “suspensión” trasera que conocimos cuando probamos la Cannondale Topstone Carbon. Las comillas vienen dadas porque a la hora de definir el sistema estoy completamente de acuerdo con mi compañero Antonio del Pino. No sería del todo riguroso denominar como “suspensión” a un sistema que no tiene un amortiguador, posibilidad de regulación, etc. En MTB este tipo de sistemas suelen denominarse “softail” pero, como también comentaba él, no se trata de entrar en debates filosóficos o conceptuales sino de saber cómo funciona. Y funciona bien, muy bien.

El Kingpin es una abolsuta genialidad a nivel técnico. Su “alma” es el pivote central (Pivot Lockr) que une mediante un eje pasante los tirantes del triángulo trasero al cuadro. Y además, lo hace en un punto muy concreto y estudiado para empujar y flexar el tubo consiguiendo parte de esos 30 mm de recorrido que nunca conseguirás medir de una forma objetiva. Digo “parte” porque hay una parte de esos milímetros de los que se ocupa la tija de sillín HollowGram SAVE. Y todo esto, sin afectar a la rigidez lateral, algo importante en cualquier bici, pero fundamental en una que puede tocar el asfalto.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Y vamos a por el  tercer protagonista de esta bici y esta historia. En realidad, protagonistas, porque hablaremos de las ruedas 650B (o 27,5). En España no estamos muy acostumbrados a esta medida para bicis gravel pero en Estados Unidos son conocidas y apreciadas. La principal ventaja de estas ruedas es que nos permiten tener más anchura de neumático y más balón sin tener que ampliar el paso de rueda de cuadros y horquillas. También se valora la mayor rigidez de este tipo de ruedas ya que son muchas las ruedas de 700C que no manejan con tanta soltura las tensiones que suponen neumáticos con anchos de, por ejemplo, 45.

Si eres observador y leíste el test de la Cannondale Topstone Carbon (sin Lefty) ya estarás pensando… ¡pero si esa bici llevaba ruedas de 700! Sí, y de hecho, esta también puede montarlas. Y ahora viene la inevitable pregunta, ¿y por qué no los monta?

Lo cierto es que la Lefty Oliver es un auténtico prodigio de versatilidad ya que puede montar ruedas de 650x47 y 700x45. La limitación está detrás ya que el triángulo trasero solo nos permite montar ruedas de 700 de hasta 40C. A partir de aquí, la apuesta de Cannondale por lanzar esta bici con ruedas de 650B tiene un punto más conceptual y también es una forma de diferenciar la gama. La Cannondale Topstone Carbon Lefty pretende ser una bici más enfocada a un gravel con un punto más polivalente y más adecuada para terrenos más bacheados e irregulares.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1
Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Que no, que no es una XC…

Doble suspensión, neumáticos más anchos… es inevitable. La Cannondale Topstone Lefty está destinada a rebatir cada día que no es una XC con manillar de carretera o que no es un híbrido entre dos categorías. En realidad, el problema no es suyo, es nuestro. Y cuando digo “nuestro” me refiero a los medios especializados y la cultura de la bici que tenemos en nuestro país. Vamos con el charco.

En España tendemos a decir “bicis de” en lugar de “bicis para”. Eso hace que cualquier bici que no cumpla unos determinados requisitos sea “castigada” de inmediato. Por ejemplo, una bici de gravel tiene que tener manillar de carretera, ruedas de 700C, neumáticos de no más de 40 y parecerse en lo posible a una bici de ciclocross (cuidado con tocar demasiado los ángulos).

Mientras que aquí mirábamos con cierta incredulidad una bici como la Cannondale Slate (que estrenó la primera generación de la Lefty Oliver) e intentábamos hacer algún chiste ocurrente sobre ella, Alison Tetrick ganaba el Dirty Kanza 200 con ella. Y no hay nada más gravel que el Dirty Kanza. Otro ejemplo de que la disciplina no tiene por qué definir la bici es Lael Wilcox a la que hemos visto hacer cientos de kilómetros diarios sobre una “canónica” Specialized Diverge pero también con una Epic HT o incluso una Fuse con ruedas 27.5+.

Volviendo a las Cannondale Topstone Carbon Lefty, un sistema que te da 30 mm de “suspensión” delantera y trasera está lejos de las capacidades de las bicis de XC actuales. Por otro lado, en gravel el optar por ruedas de más balón no quiere decir que apostemos por una bici que nos permita hacer cosas más cercanas al XC. De hecho, dependiendo del montaje de las ruedas, unas 700 nos darán más ventaja en según qué terreno que unas 650B. Lo que estas últimas aportan es una mayor seguridad pero, sobre todo, una brutal sensación de comodidad porque nos permiten trabajar con menos presiones sin perder tracción. Y eso, cuando haces más de cien kilómetros diarios con alforjas es esencial.

Nos ponemos en marcha: pista y asfalto

Toca dar pedales y con una bici que presume de versatilidad toca hacerlo en todo tipo de terrenos. Sigo las recomendaciones de mi buen compañero y amigo José Aranda y el primer día me busco una ruta que alterna carretera y algunas pistas sencillas. La idea es analizar algo que puede preocupar a cualquier ciclista que esté pensando en esta bici: la contaminación en el pedaleo por la suspensión. A fin de cuentas, una de las cosas que apreciamos los amantes del gravel es esa sensación de “transferencia” total de nuestro pedaleo en el terreno.

La Cannondale Topstone Lefty Carbon consigue pronto un buen ritmo sobre la pista. Aunque el diámetro final y real de una rueda de 650B con neumáticos generosos sea muy similar al de una rueda de 700C lo cierto es que las llantas más pequeñas contribuyen a tener una sensación de más reacción y aceleración. A partir de ahí, es fácil mantener un buen ritmo.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Aunque el terreno apenas tenga dificultad la Lefty Oliver hace su trabajo (ya os lo dijimos, la Lefty es una horquilla que es capaz de “leer” una moneda sobre el suelo) pero no hay oscilación perceptible. Lo mismo ocurre en la parte trasera, se nota que hay menos vibración y que el terreno parece más limpio de lo habitual, pero la contaminación al pedaleo o la sensación de “bamboleo” son imperceptibles.

Cuando toca subir las sensaciones se mantienen y no tengo la percepción de estar perdiendo vatios. De momento, el funcionamiento es absolutamente impecable.

Al final del día me toca una buena “tirada” por asfalto y aquí sí que percibo sus limitaciones. La Lefty Oliver no tiene la culpa. Aunque le falte “una pata” todo el mundo sabe que una Lefty tiene una rigidez espectacular y además tengo la opción de bloquearla. El problema aquí son los neumáticos. Podría parar y meter más presión pero ¡qué pereza! Se que al final me toca algo de pista y no soy de los que les guste andar haciendo “boxes” por la ruta. La verdad es que los neumáticos 650B de 47C parece que se pegan más de lo que quisiera. No es una mala sensación, pero si se nota la limitación y no puedes evitar pensar en unas ruedas de 700C con 40 de ancho. Pero no se puede tener todo en la vida y menos un coche neutro siguiéndote todo el día.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1
Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Vamos a ponernos exigentes

Sobresaliente en pista, notable raspado en asfalto. Vamos con el siguiente examen. Ahora toca pista “guerrera” y algún sendero. Este examen es importante porque podría decirse que esta Cannondale Topstone Carbon Lefty nació para ello.

Unos párrafos más atrás hablábamos del exceso de categorización que hacemos a la hora de hablar de bicis “para” gravel. Algo parecido ocurre con los terrenos “para” gravel. Tendemos a pensar que el gravel es cosa de pistas anchas que se pierden en el horizonte. Creemos que el gravel es vía pecuaria, caminos sencillos y desniveles asumibles. Pero no es así en todo el mundo y ni siquiera es así en todas las partes de España. Hay pistas en caminos que no llegan a la dificultad de lo que podríamos llamar MTB pero que son duros, más pedregosos, bacheados y son así durante muchísimos kilómetros. Hay rutas con desniveles espectaculares donde después de subidas muy duras y prolongadas toca bajar otro tanto por una pista rota. Pues bien, es ahí donde esta Cannondale Topstone Carbon Lefty debería doctorarse.

En esas subidas duras, largas y con un terreno roto la bici se agarra muy bien al suelo gracias a sus neumáticos WTB Venture TCS Light de 47 de ancho. Su taqueado ligero hace que apenas tengamos pérdidas de tracción. También en esta subida se agradecen los desarrollos de esta Lefty 1: 10-52 detrás (12 coronas) y 40 dientes delante.

Y también se agradece la combinación de suspensiones Lefty-Kingpin. La sensación de tracción es mayor y no tenemos “saltos” duros sobre el sillín cuando pasamos algún reguero o algún hueco en el terreno. Aquí nunca bloquees la Lefty Oliver porque sería como matar a un aliado en plena batalla: fuego amigo.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Con la subida terminada, las piernas rotas y los dos bidones de agua vacíos, toca bajar. Y empieza la fiesta. La Lefty Oliver es capaz de leer cualquier mínima imperfección del terreno, pero con sus 30 mm de recorrido también es capaz de absorber cosas un poco más grandes. Si combinamos esto con una rigidez y diseño que hace que “donde pongo el ojo pongo la rueda” la sensación de seguridad es espectacular. El ángulo de dirección de 71,2º y el avance de 55 mm de la horquilla también ayudan a la Lefty en su tarea.

No nos engañemos, las bajadas mínimamente complicadas no son el momento de mayor felicidad sobre una bici de gravel pero aquí la Cannondale Topstone Carbon Lefty nos permite ir más rápidos y más seguros. Y divertirnos.

¿Y en los senderos? Cuando el sendero está bien pisado y no es muy técnico la Topstone Carbon Lefty transmite agilidad e incluso más velocidad de la que llevamos. Si el sendero se complica mucho, el comportamiento no será infinitamente mejor que el de otras gravel en su misma situación. Y es que, por tener suspensión delantera y trasera y ruedas más anchas, una bici gravel no tiene por qué ser, a la vez, una bici de XC. Una vez que una bici de este tipo supera un determinado margen de dificultad técnica su eficacia tiende a igualarse con las demás de su categoría. Es cierto que con la Cannondale Topstone Carbon Lefty ese margen es algo mayor que el de otras bicis gravel por lo que puede aportar un plus de tranquilidad a quien la posee pero no es una “dos en uno”.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1
Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Mejor y más lejos

La Cannondale Topstone Carbon Lefty es un compendio de tecnología que tiene como objetivo que lleguemos más lejos y que lo hagamos mejor. Iremos más cómodos, más seguros en cualquier tipo de terreno y con la sensación de que tendremos algo más de margen si el terreno se complica. Y, por si no ha quedado claro, es una auténtica bici para gravel aunque lleve más cosas de las que los más puristas están dispuestos a aceptar.

Una vez más, Cannondale ha vuelto a superar ese objetivo que se autoimpone cada temporada. Innovar, inventar, mejorar y romper los clichés y las categorías. Esta Cannondale Topstone Carbon Lefty es una bici que nos obliga a respirar hondo antes de montar, a investigar antes de escribir… Es una auténtica y pura Cannondale.

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Cosas de familia

Al analizar la familia de la Cannondale Topstone Carbon Lefty 1 tenemos la tentación de incluir también los modelos de la Topstone Carbon “sin Lefty” ya que comparten cuadro y geometría, pero vamos a intentar centrarnos en los modelos “doble suspensión”. En ese sentido la gama se reduce a tres modelos. Al “tope de gama” que hemos probado (Lefty 1) se añade la Lefty 3 y la Lefty 3 específica para las mujeres ciclistas.

La Lefty 3 monta grupo GRX con todo lo bueno que ello significa (sobre todo en frenos) pero tiene unos desarrollos un poco “cortos” si tienes pensado enfrentarte a rutas con mucho desnivel (11-42 detrás y un plato de 40 dientes). Puede que te interese cambiar de plato o, si no tienes problemas de presupuesto, irte directamente a por la Lefty 1. En todo caso, debes tener en cuenta que la Lefty 3 utiliza la Lefty Oliver de aluminio (270 gramos más pesada que el modelo de carbono que monta la Lefty 3).

DETALLES DE LA BICI

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Cannondale Topstone Carbon Lefty 1

Info


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Precio

7.499€

Peso

9.95 kg