Texto: Enrique Sevilla / Fotos: Javier Martínez
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Merida no quiere quedarse atrás en el sector del Gran fondo. Y sobre la base de su modelo Scultura, desarrolla la Scultura Endurance. Mucho más “todoterreno” y cómoda, pero manteniendo ese toque escalador de la Scultura.
En este extraño año, en el que echamos en falta las competiciones y las pruebas deportivas, hace que pasemos más horas sobre el sillín de una forma más recreativa. Rodando y buscando nuevos recorridos que hacer, nuevos retos. De querer ir rápido, ahora muchos pensamos en ir lejos. Aprovechar para ir a aquellos sitios que, por el estado del terreno, cuando pasamos no queda otra que mirar cómo se pierde a lo lejos y al llegar a casa mirar en GoogleMaps.
Ojo, puedes estar tranquilo, con la nueva Scultura Endurance no te van a relacionar con ese alternativo mundo del gravel. Para ello Merida cuenta con el modelo Silex (que ya hemos probado en Maillotmag #16) en su catálogo. La Merida Scultura Endurance es una actualización del concepto gran fondo con un punto racing muy atractivo. Y por suerte hemos podido probarla. Merida nos ofrece la Scultura Endurance 7000E. Bicicleta recién sacada de la caja y a estrenar.
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El cuadro y la horquilla son carbono CF3, viene equipada con un grupo Shimano Ultegra Di2 de 2x11 con frenos de disco. El montaje y los desarrollos son una elección muy apropiada para su uso: platos ‘compact’ 50/34 con unas bielas de 172,5 mm y un 11-34 de casette. Ruedas DTSwiss 1850 de disco para eje pasante, con cubiertas Continental GP4000 4season de 32 mm. Potencia y manillar de aluminio, junto a la tija de sillín de carbono en 27,5 mm de la casa, Merida Expert.
Estéticamente, la Merida Scultura Endurance 7000E se nos presenta en un muy discreto color gris oscuro con los logos en negro, aunque también está la opción de azul mate. Sus formas son de bici “bien dotada”; tanto en la parte de pedalier y vainas, la zona del tubo de dirección y la zona del cierre del sillín. Su aspecto es robusto.
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La patilla del cambio queda a cargo que una pieza mecanizada que a la vez hace de rosca para el eje pasante trasero. Los tirantes traseros quedan unidos por una pieza metálica desmontable, para el posible montaje de portaequipajes o guardabarros. La horquilla también permite el montaje de ambas cosas, haciendo una bicicleta apta para el Bikepacking.
En talla M, y sin pedales, ha pesado 8.515 g, de los que al cuadro corresponden 1.124 g y 411 g a la horquilla. Pero espera, no te eches las manos a la cabeza por los 8 kilos y medio, ni dejes de leer el test. Como dijo Jack el destripador, vayamos por partes: las ruedas no son todo lo ligeras que la bici se merece; el peso de las cubiertas son casi 320 g cada una más los aproximadamente 100 g de cada cámara. Nos ponemos ya en 420 g cámara y cubierta, que por las dos ruedas son 840 g sólo en gomas; y las ruedas son 1.651 g… más las gomas. Casi 2,5 kg vienen de ahí (2.491 g).
Si a esto le sumamos potencia y manillar de dudosa ligereza, tenemos de dónde salen esos gramos de más en la báscula. De hecho, aprovechando que tengo unas ruedas de test algo más ligeras, con neumático de 25 mm, ya dejo el peso del conjunto en 7.658 g… ¡con los pedales!
Así que menos mal que el sobrepeso de esta Merida de ruedas y periféricos son subsanables. Incluso, con otro juego de ruedas más ligeras, podemos dejar las de serie como opción para esos días que queremos aventura, sin preocuparnos por el estado del firme por donde nos vamos a meter.
Diferencias entre la Scultura y la Scultura Endurance
Con respecto al modelo que tomamos como base, el Scultura. Cambia su cierre de sillín, metiendo una cuña dentro del cuadro. Monta unos tirantes traseros planos y más rectos. Cuenta con un diseño denominado Wire Port para la dirección, que esconde los cables entrando por la parte delantera. Precisamente la altura de la pipa de la dirección gana dos centímetros más que en la Scultura, aportando más comodidad de marcha. La frenada también ha sido mejorada gracias a un sistema disipador del calor de las pinzas de freno. Todo preparado para hacer kilómetros y desnivel tanto de subida, como de bajada.
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La tija del sillín es de un ancho estándar hace unos años: 27,5 mm, que además de ligereza permite un poco más de confort. Se sujeta por una cuña interna que queda alojada en el cuadro y tiene la rosca en la parte superior. La acompaña un sillín Merida Expert que, si bien no es muy espectacular, resulta cómodo. La sorpresa nos la llevamos al mirar en su parte inferior, donde va alojado un portaherramientas protegido de polvo y agua por una carcasa.
Al lío
Las primeras pedaladas son de comodidad absoluta. Una posición más elevada nos descarga la zona cervical y hace que rodemos más relajados. La rigidez del cuadro es más que buena. Sus vainas robustas y sus tirantes planos soportan toda la “fuerza” que quieras meter.
El tacto del manillar Merida Expert de 420 mm de ancho, sin embargo, me resulta algo extraño; se me hace algo escaso de grosor. Acostumbrado a tener manillares de un diámetro mayor, se me hace muy fino para mis grandes manos. La potencia, también una Merida Expert, de 100 mm me deja en una posición recogida, pero sin llegar a dar con mi rodilla en el manillar al ponerme de pie.
Los puertos largos, habituales en la zona en la que yo vivo y hago mis pruebas, se pueden hacer sin problema, por mucha rampa que quiera tener, tenemos desarrollo de sobra con la corona de 34 dientes.
Aunque es difícil que con el 50-11 tengamos muchos problemas para rodar en llano, es cierto que se pueda echar en falta algo menos de salto entre las coronas intermedias, ya que para llegar a la corona superior de 34 dientes encontramos algunos saltos muy grandes. No obstante, de nuevo nos encontramos con “problemas” fácilmente subsanables, pudiendo adoptar los desarrollos más a nuestro uso. Pero si la idea de la bici es la de Gran Fondo, para pasar muchas horas de bici con comodidad, será cuestión de sacrificar esa velocidad más alta por una distancia más larga.
Cuando nos ponemos de pie es bastante fácil llevar un balanceo ágil. Y gracias a los desarrollos de los que te hablaba podremos afrontar rampas de más del 20% sin problemas… si tienes piernas, claro. De momento no hay versión E-Endurance. “No pain, no gain”.
Bajar rápido tampoco supone un problema ya que, aunque sus neumáticos tienen 32 mm de balón, deslizan medianamente bien. Y además te darán una seguridad en la trazada que con unos más estrechos difícilmente vas a tener. Las “tumbadas” son distintas… y si es con terreno irregular, mucho mejor.
Además, con ambos discos de 160 mm la frenada es muy potente, podemos apurarla o anticiparla manteniendo las pastillas en continuo contacto con el disco. Aunque suba la temperatura del disco, no se aprecia ningún cambio en el tacto de la frenada, ni en su eficacia. Los disipadores, tanto de las propias pastillas, más lo que van alojados entre la pinza y el carbono, realizan su función correctamente.
Pero volvamos a las subidas. Y es que con estos desarrollos que monta la Merida Scultura Endurance 7000E me “flipé” un poco. Lo más bestia de mi zona es una subida a una presa en lo alto de la montaña que recoge el agua que baja de La Maliciosa (una mole granítica a 2.265 m de altitud). En su día había una carretera de servicio del Canal, pero los años, las heladas, el paso de vehículos pesados… la han destrozado y dejado en grava suelta, que con la de montaña se puede hacer, casi, sin problema, pero en la de carretera es otra cosa.
La pendiente media viene a ser de un 18% en el escaso kilómetro y medio que tiene. Su zona de mayor dureza es del 28% en alguna revuelta. Y si bien las revueltas suelen ser para bajar el desnivel en ese punto, aquí el ingeniero, lo hizo al revés y metió el mayor desnivel en las curvas. También pudiera ser que le dieran el plano al revés al que luego ejecutó la obra…
En fin, que me desvío del tema. Que yo me había “flipado” y me dije: “Por ahí subo con la Endurance. Con estos desarrollos me subo por las paredes”. Pues lo siento, fracaso absoluto. Si le sumas un 25% de desnivel, cubierta lisa, con presión para rodar por asfalto, pues da el resultado de “Date media vuelta flipado, que por aquí no subes”. Pero os aseguro, sin dudarlo, que no fue por desarrollo. El grip que dan las cubiertas de 29” y sus (mínimo) 2.20” de ancho no es ni de lejos el que se consigue con las cubiertas de 32 mm que viene de serie.
Como se pude montar una cubierta de hasta 35 mm, si le bajamos un poco la presión y las cogemos con un taco finito, a lo mejor se podría. Pero vuelvo a algo que te dije al principio, y es que la Merida Scultura Endurance no es una gravel. No tendremos problemas para rodar por pistas de tierra fina o carreteras en mal estado, pudiendo explorar más allá de nuestro entorno cercano, pero no es una gravel, es una bici polivalente. Podremos ir a los mismos sitios, pero por distinto lugar.
Puertos míticos en Asturias
Pero la Merida Scultura Endurance, merecía una prueba extra. Algo que nos llevara a los dos al límite, y lo buscamos en Asturias. Veo que dan sol y buena temperatura para los siguientes cuatro días. Le planteó a un amigo hacer en dos días algunos de los puertos míticos de Asturias. Y allí que nos fuimos en un viaje relámpago.
En una primera etapa nos proponemos subir a Lagos de Covadonga y descubrir Casielles: Una nueva subida a la que llaman el Alpe D´Huez Asturiano, por sus 23 curvas en herradura y un desnivel medio al 12,1% en 3´8km
A la subida a Casielles se accede por un cañón estrecho, con una rampa de bienvenida que te empieza a indicar dónde te vas meter. Rodeado por montañas rocosas, se encuentra en lo alto de una de ellas el pueblo. Apenas una decena de casas, la parroquia y una iglesia. Carretera estrecha con sus primeros 300 metros en mal estado con algo de gravilla y un rampón inicial del 21%. Por suerte algo suaviza, pero 34x34, casi desde abajo hasta arriba. El neumático de 32mm, aunque pensemos que sea una barbaridad, lo cierto es que en estas situaciones es toda una garantía de tracción y confort. Coronado el nuevo puerto de Casielles, toca recuperar el aliento y deshacer el camino, porque no hay salida, a no ser que vayas con la bici de montaña.
Bajarlo es fácil, si vas con la bici adecuada. Y te aseguro que la Merida Scultura Endurance lo es. La frenada mejorada con los disipadores extra que monta Merida, mejora mucho el rendimiento de los frenos. Imagínate 23 curvas de herradura bajando por rampas de 18 y hasta el 21% . Soltar el freno y notar la aceleración como si fueras en moto. En todo momento tengo control total en la bajada tanto por la frenada como a la hora de trazar las curvas. Pese a lo irregular del suelo, puedes pensar y ejecutar esa trazada que te has propuesto sin problemas.
Si algo tiene Asturias, es que a poco te alejes de las carreteras principales, puedes descubrir “puertos” que no lo son, pero que por distancia y desnivel superan a muchos de los conocidos.
Lagos de Covadonga por ser otro de los míticos de la zona, también había que subirlo. Un puerto que ya conocía y en el que hay que regular lo más posible para subirlo dignamente. Con el 34 de plato desde abajo intentando guardar las dos últimas coronas para la recta de la Huesera y el Mirador de la Reina. Resaltar que la posición de escalada es muy cómoda, aunque me reafirmo que el tacto del manillar me resulta fino para lo grande de mis manos.
Coronar, foto de recuerdo y bajada. Una bajada súper controlada tanto por la frenada, como por la buena posición que aporta el tener una geometría más alta en su parte delantera. Después de rodar un poco de llano por la zona hasta completar casi 5 horas de bici llega el cansancio, pero ningún dolor postural, ni sobrecarga en la zona lumbar. Algo muy habitual cuando subes puertos de desnivel sentado, tirando de fuerza. Al día siguiente el plato fuerte. Después de subir el Puerto del Cordal por sus dos vertientes y Gamoneteiro, llega el Angliru.
Si un puerto se ha hecho famoso por su dureza, ese es sin duda el Angliru. Con una pendiente media que no baja del 10% y sus últimos 7 kilómetros que se endurecen con rampas de hasta el 23% en Cueña les Cabres. Todo un reto para ciclista y máquina. Te puedo decir que no es recomendable hacerlo con una bici cualquiera. Ya no solo por llevar unos desarrollos adecuados a la subida, que en mi caso los llevaba, aunque bien es cierto que todo lo que lleves se te quedara corto. Si no que deberás tener unos frenos acordes a la bestialidad de la bajada. Que si, que también se baja con frenos de zapata, pero no lo vas a hacer de la misma forma que con discos. Con zapata vas a bajar con una estampita de la Virgen de Covadonga en el bolsillo, rezando para que las zapatas no se sobrecalienten y se cristalicen.
Tras más de una hora de continuo ascenso, intentando dejar la corona de 34 para “lo duro”, te das cuenta de que “lo duro” comienza a 7 kilómetros de coronar. Ya no te queda otra que coger buena postura sobre la bicicleta y retorcerte hasta casi la extenuación. Pronto consigues ese “agradable” sabor a sangre en la boca, que a los que amamos este deporte nos gusta sentir de vez en cuando. Aquí no hay postureo. O aprietas o no subes. Chava, Contador, Heras, Simoni, … Grandes escaladores que han forjado aquí su leyenda vas viéndolos en grandes carteles junto a la carretera. Además, a la velocidad a la que vas subiendo te va dando tiempo de leerlos varias veces. 6, 7, 8 kilómetros por hora es la velocidad que desarrollas.
Coronar aquí es tocar el cielo con las manos. Y si encima puedes disfrutar del mar de nubes a tus pies, la experiencia, aunque sufrida, vale mucho la pena. Fotos y a bajar. De nuevo como el día anterior. Realizar la bajada con confianza plena en tus frenos, no tiene precio, bueno si, los cerca de 4.000€ que vale esta Merida Scultura Endurance 7000E.
Puedes dejar coger un poco de velocidad sabiendo que en todo momento los frenos van a responder. Aunque con la precaución de que un desnivel del 20% de bajada, la bici va a costar mucho más detenerla. No te flipes, por tu seguridad. En 2017, con la celebración de la etapa de la Vuelta España, una ciclista se dejó la vida bajando, al final de la recta de la Cueña les Cabres chocando contra una caseta. Otra jornada más de ciclismo asturiano con más de cinco horas sobre la Merida: dolor horrivle de patas y el cuerpo fatigado pero no dolorido.
Resumiendo, una experiencia increíble juntar buen tiempo, puertos míticos y la Merida Scultura Endurance.
La prueba del “Coffebike”
Como no hay cosa que más te ponga “pechopalomo”, que salir de tomarte el café con el resto de la grupeta, y que estén mirando tu bicicleta hice lo que le hago a casi todas las bicis que pruebo, el test del coffe-bike. Y es ver la reacción del resto de ciclistas ante mi nueva compañera. Si bien la Merida Scultura Endurance no llama especialmente la atención a nivel general, ya que sus formas y estética son más sobrias, sí que lo hace por lo generoso del neumático y la limpieza de cables del cuadro. El color azul puede parecer más atractivo, pero con el gris, podrás llevar ropa y complementos del color que quieras que no desentona.
Conclusión
Merida ha sabido dar en un clavo muy interesante con la Scultura Endurance. Es una gran bicicleta que se adapta, posiblemente la que mejor lo hace, a los nuevos tiempos de querer hacer todo y todo bien. Es cómoda, tiene el cableado interno, una aerodinámica cuidada, con ella se puede subir con facilidad, se baja muy seguro… y se pueden pasar horas y horas dando pedales. Incluso ¿por qué no? Se puede hacer algún viajecito de Bikepacking.
Con ella nadie te relacionará con el “hermano bastardo” de la carretera, el gravel. Es una bici de carretera “de verdad”, aunque con ella también podrás explorar este mundo por pistas sencillas y carreteras en mal estado o incluso hacer pinitos de bikepacking.
Cosas de familia Merida Scultura Endurance
La Merida Scultura Endurance está disponible en 6 tallas, desde la XXS a la XL, y en concreto la 7000E en dos colores: gris y azul. Precisamente la 7000E es el tope de gama de los 4 acabados disponibles de este modelo, cuyos PVP comienzan en 2.299 € de la Endurance 4000 con Shimano 105. Por 2.549 € encontramos la Endurance 5000 con un grupo mezcla de Ultegra y RS510 y ruedas Merida Expert. Por 2.899 € está la Endurance 6000 con Shimano Ultegra mecánico al completo y ruedas Fulcrum.
- Merida Scultura Endurance 7000E – 4.199 €
- Merida Scultura Endurance 6000 – 2.899 €
- Merida Scultura Endurance 5000 – 2.549 €
- Merida Scultura Endurance 4000 – 2.299 €
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